EL NUEVO DIARIO, KINSHASA.- Al menos 31 personas murieron en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) entre el viernes y el domingo, en varios ataques atribuidos a rebeldes ugandeses de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), informaron hoy a Efe activistas de la sociedad civil y fuentes oficiales.
Las incursiones de los rebeldes empezaron el viernes por la noche y tuvieron lugar en varias poblaciones del territorio de Mambasa en la provincia de Ituri.
«Descubrimos ayer domingo doce cuerpos en el pueblo de Makusa, después de los asesinatos perpetrados por los rebeldes ugandeses de las ADF, que están presentes en la provincia de Ituri. Pero ya se habían descubierto otros ocho cuerpos», declaró a Efe por teléfono el activista de la sociedad civil de Mambasa Sivamwenda Kasereka.
«Se hallaron otros cuatro cuerpos cerca de (el pueblo de) Mangina. Siete personas también murieron en (la aldea de) Makiki después de una incursión ocurrida ayer por la noche», precisó Kasereka.
Todas las víctimas son civiles y fueron asesinadas con machetes y otras armas blancas, agregó el activista, al subrayar que «hay duelo en Mambasa» por esos crímenes.
El gobernador de la provincia de Ituri, Jean Bamanisa, de visita hoy en Kinshasa, confirmó a Efe estos hechos, lamentó las muertes e instó a la población a colaborar con el Ejército para combatir a los rebeldes.
«Hacemos un llamamiento al público para que confíe en nosotros», señaló a Efe por teléfono el portavoz de las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC), comandante Mak Hazukay, tras afirmar que las ADF están en desbandada en la vecina provincia de Kivu del Norte por la presión militar y operan ahora en Ituri.
Ante la imposibilidad de contener los ataques y el creciente descontento de la población, el Ejército y la misión de la ONU en RDC (Monusco) decidieron el pasado diciembre coordinar sus operaciones contra los grupos insurgentes que castigan la zona.
El pasado mes de noviembre, de hecho, cientos de personas saquearon la sede de la Monusco en Beni (Kivu del Norte) en protesta por su «pasividad» ante las incursiones letales de los rebeldes ugandeses, que en el último mes de 2019 causaron la muerte de más de 150 civiles.
Las ADF empezaron su campaña violenta en 1996 en el oeste de Uganda como contestación política al régimen del presidente ugandés, Yoweri Museveni, pero el Ejército forzó su repliegue a la frontera con la RDC.
Desde allí realizan incursiones en territorio congoleño, sobre todo para saquear y conseguir víveres.
Su programa es difuso, más allá de una posible conexión con la organización yihadista Estado Islámico (EI) y un «modus operandi» consistente en atacar y ocultarse gracias a una geografía montañosa.
El noreste de RDC lleva años sumido en un largo conflicto alimentado por las milicias rebeldes y los ataques de soldados del Ejército regular, todo ello bajo la supervisión de Monusco que tiene desplegados más de 18.000 efectivos en el país.
La situación de inseguridad dificulta también la respuesta al brote de ébola que afecta a las provincias de Kivu del Norte e Ituri desde agosto de 2018 y que ya ha causado 2.250 muertos, de acuerdo con los últimos datos oficiales.
