EL NUEVO DIARIO, ABUYA.- Al menos 14 personas murieron en dos nuevos ataques de supuestos pastores armados de la etnia Fulani en el estado de Plateau, en el centro de Nigeria, informan hoy medios locales.
Los asaltos se registraron anoche en las localidades de Du y Adu.
Las informaciones ofrecidas por el diario local The Punch afirman que, en Du, los Fulani llegaron en motocicletas y dispararon indiscriminadamente contra los habitantes, acabando con la vida de doce de ellos.
Por otra parte, en Adu llevaron a cabo una emboscada en la que mataron a una persona en el acto, mientras que la otra falleció esta mañana en el hospital, donde no pudo recuperarse de las heridas.
Ambos atentados se registraron mientras el gobernador de Plateau, Simon Lalong, se encuentra en Pekín como parte de la delegación nigeriana para la cumbre China-África.
A pesar de que en las últimas semanas los ataques de los Fulani habían disminuido, una organización civil llamada Stephanos Foundation advirtió este fin de semana de que tenía constancia de que los pastores armados planeaban volver a atacar algunas aldeas en Plateau.
«Se rumorea que los Fulani atacarán (…) el 2 de septiembre. Los últimos ataques también se rumorearon y los operativos de seguridad no se lo tomaron en serio hasta que cientos de personas fueron asesinadas. Parece que hoy en día los rumores son más veraces que la información del Gobierno», denunció el director ejecutivo de la organización, Mark Lipdo.
El pasado mes de julio, el instituto de análisis International Crisis Group (ICG) afirmó que el conflicto entre pastores Fulani y granjeros en el centro de Nigeria había causado, en la primera mitad de 2018, más de 1.300 muertes, seis veces más que los asesinatos perpetrados en ese período por el grupo yihadista Boko Haram.
Además, desde el pasado enero unas 300.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares para huir de la violencia.
El ICG cifra en 2.000 las personas que mueren anualmente, entre 2011 y 2016, víctimas de este conflicto que tiene que ver, sobre todo, con problemas de invasión y apropiación de tierras.
Los estados de Benue, Plateau, Nasarawa, Taraba y Adamawa son los más afectados por la violencia, que enfrenta a los Fulani, de mayoría musulmana, y los granjeros cristianos locales, cuyos campos de cultivo usan los pastores armados como pasto para su ganado.
El repunte en la violencia de estos últimos meses tiene una causa política concreta: la prohibición de pastar a campo abierto, una iniciativa tomada en primer lugar por el Gobierno de Benue en noviembre de 2017, que irritó a unos Fulani que se niegan a ser recluidos en ranchos, ya que consideran que es contrario a su tradicional estilo de vida nómada y a sus negocios.
A este factor se le suma la degradación del campo por motivos de cambio climático y la violencia yihadista en el norte y noreste del país, que ha obligado a los pastores a desplazarse hasta el sur, donde habitan los granjeros cristianos.
