En una economía global todo es importante, pero el verdadero salto se produce cuando agregamos valor a las cosas. Aún para los productos agrícolas, pues sólo vendiendo frutas frescas no podremos salir a camino.
Nuestra economía se ha diversificado, pero aún carece de una cultura exportadora necesaria para ser competitivos en un mundo muy demandante y exigente.
De pronto pensamos que las relaciones diplomáticas que hemos establecido con China tienen potencial para derivar hacia nuestro país a muchos de sus nacionales como turistas. Y los productores de tabaco que han venido haciendo gestiones por introducir los puros en este gran mercado, ahora podrían lograrlo.
El éxito está en agregar valor a las cosas.