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23 de abril 2024
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OpiniónLourdes CeballosLourdes Ceballos

A la mitad del camino reflexionamos… A todos nos pasa…

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Estimados lectores, Soy Lourdes, una escritora aficionada de 35 años que emigró a los Estados Unidos a buscar nuevos horizontes, retos y si era posible, una pareja.

El 11 de agosto del 2020 será 12 meses de cuando emprendí un camino a la ciudad de Nueva York, es la primera vez que escribo al respecto porque creo que el tiempo que tengo aquí me da contexto para tratar de expresar mi forma de ver las realidades más comunes que vive la mayoría de nuestra diáspora en la Gran Manzana.

Pues, la mayoría de los dominicanos llegamos bajo un auto-engaño, una trampa que se tiende uno mismo o un sueño que te vende un familiar; con una idea de una vida mejor, mayores ingresos, una vida nueva e hipnotizado con la frase: “haciendo lo mismo nunca tendrás resultados diferentes”.

En los primeros días de la llegada, estás muy ocupado y no te da tiempo a extrañar nada en tu tierra; visitando familiares, aprendiendo la ruta del tren, averiguando donde venden las cosas que te gustan, poniendo los documentos en orden, entre otras cosas. Exactamente a los 3 meses de llegar, quien sea que te dijo que te iba apoyar te muestra su mejor cara, o la cara que siempre ha tenido pero que nunca viste o una cara que le tocó crear aquí para poder sobrevivir y que pronto crearás tú mismo para poder sobrevivir. Cuando ya estás ubicado y tienes una rutina, empiezas a pensar: ¿este viaje realmente vale la pena?; los dólares realmente no rinden, el transporte es incómodo, hace frío, es difícil juntarme con amigos, casi no veo a mi familia y no tengo privacidad donde vivo, PERO te sientes con el compromiso de quedarte porque no tienes aún los recursos para volver y tampoco tienes la valentía de decirle a nadie, me equivoqué, imagínate! ¿Cómo se te ocurre volver a RD sin los regalos para los amigos y la familia, sin tener para un carro, una casa y montar un negocio?

Entonces buscas la forma de conseguir dinero extra…y la encuentras: Haces 2 turnos en tu trabajo o tienes un trabajo full time y otro part-time, haces uber los fines de semana, alquilas una habitación en vez de una casa o duermes en la sala de una tía y pagas una parte del alquiler, vendes dulces dominicanos o pastelitos y empiezas a ahorrar para devolverte a tu país lo más pronto posible.

Para cuando abres los ojos, has formado una familia sin darte cuenta, tienes hijos, finalmente conseguiste tener suficiente crédito como para alquilar un apartamento a tu nombre, pero la renta y los «biles» te arropan y ya los 2 turnos no son suficientes y ese sueño de volver a tu cálido país se ve más lejos, y no tienes tiempo de pensar en un “plan C” … hay que cumplir en los trabajos, hay que buscar los niños al daycare, hay que ir al laundry porque tu edificio no tiene lavadora y el único tiempo que tienes de ver tu serie favorita de Netflix es mientras estás haciendo turno para parquear el carro y llegas a tu casa directo a dormir o para bañarte y volver a salir a disfrutar un poco y subir videos a tu «history» de IG con el humo de la hooka y cantando una canción.

Empiezan los achaques, tus hijos ya están grande pero no hablan español, entonces tu familia en US no te hace caso ni tiene tiempo para ti y tu familia de RD siguió con su vida y te espera solo por los regalos. En tu lucha por volver a RD aunquesea de visita, haces algunos «arreglos» para maquillar el formulario W2 y conseguir un retorno de impuestos más jugoso y solo así logras visitar a tu país, alquilas un carro lujoso, te llevas toda la ropa nueva que te pasaste comprando en «Marshalls» todo el año, alquilas prendas, sacas un plan de teléfono móvil que te permite tener el último modelo de teléfono, le dices a todo el mundo que un iPhone 11 no vale nada en US pero en el fondo sabes que la factura de T-Mobile te va a llegar de $95.00 dólares mensuales y no lo podrás pagar….en fin, le vendes un sueño a la próxima víctima y esa víctima que piensa que ha hecho todo los esfuerzos en su país para estar mejor y no lo ha logrado se convence que lo único que queda es embarcarse como tú en un viaje pa’ lo’paíse.

Con lo «tase» del año siguiente vuelves a viajar a hacerte una cirugía o solo a disfrutar del patio. Ya se te fue el sueño de volver a tu país y te convences de que la razón para no irte de Estados Unidos es que el Medicare te da las medicinas gratis, que en tu país atracan, la gasolina está cara y los políticos van a acabar con RD y no quieres estar ahí para vivirlo, mientras tanto mantienes el ánimo en alto con el falso sabor de la cerveza Presidente, el salami ahumado y tu bachatica, pero tu subconsciente sabe que la verdadera razón es que no tuviste el valor de enfrentarte al qué dirán, admitir que te equivocaste y volver a empezar en tu país, pero ya estamos aquí.

Yo no dejo de preguntarme, si te quedaras en RD y tuvieras dos trabajos y algo que hacer los fines de semana, así como lo haces cuando emigras, no te sería suficiente el dinero? uff! pero qué estoy diciendo? si en RD no hay tiempo para eso; compartir con los amigos, la familia, los conciertos de bonyé los domingos, el juego de dominó con el vecino, quitarse la tristeza en el colmadón y los domingos en la playa no te deja tiempo para trabajar 2 turnos….porque al fin y al cabo, ¿QUE hay de malo con hacer siempre lo mismo y no tener resultados diferentes? Si tu resultado actual es que eres feliz, ¿para qué hacer algo diferente?

Espero volver compartir mis pensamientos con ustedes pronto.

 

Por: Lourdes Ceballos (“La Hija de Hilda y Enrique”)

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