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25 de abril 2024
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OpiniónRamón SabaRamón Saba

José Acosta

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Nació el 29 de julio de 1964, en Santiago de los Caballeros. Su nombre completo es José Alberto Acosta Polanco. Emigró de su ciudad natal, radicándose en la ciudad de New York desde 1995, donde ha desarrollado su labor de escritor.

Poeta, narrador, agrónomo y comunicador social. Se graduó de con honores en el Instituto Superior de Agricultura (ISA), institución académica de muy estricta disciplina, a la que conozco muy bien porque fui uno de sus becados hace muchos años. También estudió hotelería en Córdoba, España. Fue director del departamento de producción de plantas de tabaco en la Productora de Capas, S.A;  gerente de recepción en La Mansión Hotel y Parque; periodista de planta de El Diario-La Prensa de Nueva York, considerado el periódico hispano de mayor circulación en los Estados Unidos; director de prensa hispana en la oficina del congresista Adriano Espaillat y actualmente se desempeña como como director del Departamento de Literatura y Comunicaciones del Comisionado Dominicano de Cultura en los Estados Unidos.

José Acosta ha participado en innumerables congresos y en igual proporción ha impartido talleres de cuento y poesía, entre los que podemos mencionar algunas ciudades de Venezuela durante el Festival Mundial de Poesía de 2010; conferencia sobre literatura caribeña el Festival de Cultura Caribeño, Cancún, Quitana Roo, México 2012; lectura y conferencia sobre poesía dominicana en el Festival Internacional de Poesía de Granada, Nicaragua, 2007; entre muchos más. Ha sido miembro del Taller Los cuatro y el capitán, con Rodolfo Coiscou Weber, en San Pedro de Macorís; del Taller Littera, Alianza Cibaeña de Santiago; del Movimiento Interiorista, dirigido por Bruno Rosario Candelier y del Movimiento Contextualista, dirigido por Cayo Claudio Espinal.

Su haber bibliográfico está compuesto por los siguientes títulos… En poesía: “Territorios extraños”; “Destrucciones”; “Poesía junta”; “Catequesis del íncubo” y “El evangelio según la muerte”. En cuento: “El efecto dominó”; “Desórdenes”; “Los derrotados huyen a París”; “Eladia Malfiní” y “El tigre y otros cuentos”. En Novela: “Perdidos en Babilonia” y “La multitud”. Poemas y cuentos suyos aparecen en antologías nacionales e internacionales, entre ellas Antología de Narrativa Breve, Colección Cabana, Palma de Mallorca, España, con el cuento “Veinte minutos”(2004); Las palabras pueden: los escritores y la infancia, Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), con el cuento infantil “Perdidos”(2007); Plata Caribe: Poesía Dominicana y Uruguaya del Siglo XXI (2008); Miroirs de la Caraïbe: douze poètes de Saint-Domingue (2000); Prometeo: Memoria del XI Festival Internacional de Poesía de Medellín (Colombia, 2001). Quedar en lo contado: Selección de poesía contemporánea dominicana y argentina (2009). Antología Pan-Americana y muchas más. Su obra ha sido traducida parcialmente al inglés, francés, italiano y portugués.

José Acosta es uno de los escritores jóvenes más laureados en los diferentes géneros que ha abordado en su ejercicio literario. Con su primer libro “Territorios extraños”, obtuvo, en 1993 el Premio Nacional de Poesía Salomé Ureña.; Premio Internacional de Poesía 1997 “Odón Betanzos Palacios” de Nueva York por su obra “Destrucciones”; Premio Nacional de Cuento Universidad Central del Este 2000 por “El efecto dominó”; Premio Internacional de Poesía “Nicolás Guillén” de México; En 2001 ganó el premio único de cuento del Primer Concurso de Cuento-Testimonio sobre Emigración e Inmigración de PECX; Premio Internacional de Poesía “Miguel de Cervantes” de Armilla, España; y finalista del prestigioso Premio de Cuentos Juan Rulfo; en 2003 ganó la Mención de Honor del Premio Internacional de Poesía Revista Hybrido de Nueva York; en ese mismo año su poemario “El evangelio según la Muerte” obtuvo el Premio Internacional de Poesía “Nicolás Guillén”, de México, y también otro poemario suyo quedó finalista del Premio Internacional de Poesía “Miguel de Cervantes”, de Armilla, en España; en 2004 su libro de cuentos “Desórdenes”, fue finalista del Premio Internacional de Relatos “Los Cachorros”, del Instituto Cultural Iberoamericano “Mario Vargas Llosa”; Premio Nacional de Novela 2005 por “Perdidos en Babilonia”; Premio Nacional de Cuento 2005 por “Los derrotados huyen a París”; en 2010, una novela suya estuvo entre las 10 finalistas del XV Premio Fernando Lara de Novela, de la editorial Planeta; en 2011 fue finalista del Premio Internacional de Cuento Juan Rulfo, de Francia, y ese mismo año volvió a ganar el Premio Nacional de Novela con “La multitud”; en 2015, su novela “Un kilómetro de mar” recibió el Premio «Casa de las Américas», uno de los más prestigiosos del continente americano. Entre sus galardones figuran también una mención de honor en el Cuarto Concurso Internacional de Poesía “La Porte des Poètes”, en París (1994), otra en la Bienal Latinoamericana de Literatura “José Rafael Pocaterra” celebrada en Valencia, Venezuela (1998) y tres Accésit premios de poesía en el concurso de Casa de Teatro (2000).

El escritor José Alcántara Almánzar opina que  estamos en presencia de un escritor muy bien formado, con un indiscutible dominio del castellano, quien lo emplea con una soltura y una claridad admirables, mediante una prosa que va desplegando con aplomo y seguridad en cada página. El suyo es un estilo riguroso, conseguido a base de una puntuación minuciosa y el empleo de un discurso mesurado que evoluciona como un andante cantábile que hace pocas incursiones en el español dominicano.

El ensayista y Director de la Academia Dominicana de la Lengua Bruno Rosario Candelier, estima que  José Acosta tiene las condiciones intelectuales, morales, estéticas y espirituales para ser un creador metafísico. La densidad de su cosmovisión refleja la hermosura de sus vivencias y esa fascinación se manifiesta en su lírica con el singular encanto de lo profundo, cuya vastedad no conocemos lo suficiente. En su creación poética, José Acosta ha experimentado una entrañable comunión con el Ser de lo viviente y lo que el poeta expresa, tiene una dimensión edificante y luminosa. Por esa faceta enaltecedora, su obra da cuenta de esa otra vertiente de lo real, la otra ladera de la creación, que su lírica asume y encauza mediante la palabra poética.

Finalmente, el crítico y ex ministro de cultura José Rafael Lantigua, asegura que José Acosta construye un cuento que se solaza en su desenvolvimiento rítmico, en su cadencia estructural que guía al lector con suma cautela y precisa urdimbre hacia el final justo, cuando el narrador sabe que no es necesario decir más, porque todo se ha relatado con un dominio nítido de la técnica cuentística. Este relato es de auténtica factura boschiana y recuerda por ello las esplendentes maneras técnicas legadas por Bosch a este género.

Concluyo esta entrega de TRAYECTORIAS LITERARIAS DOMINICANAS con un poema de José Acosta:

El sabor de tu cuerpo

 Gracias, Silvia, por enseñarme a pecar,

por mostrarme ese lado del mundo donde la gente se muere,

esa porción de la vida deshabitada de Dios,

tibia como una sábana y más oscura que esos pájaros

que cruzan frente a la luna.

Me pregunto dónde estaba el futuro cuando besé tu frente;

en qué lugar se hallaba cuando entré en ti;

dónde se habrá quedado la niña que eras en ese entonces.

A veces regreso a ese sitio de la infancia donde nos veíamos

y solo oigo el ruido de nuestros pasos perdidos en el jardín,

los gritos de mamá y aquella sombra

llena de nuestros temores.

No sé, Silvia, adónde te irás al final de este mundo.

Si la maldad tiene todavía el sabor de tu cuerpo,

y el bien está aún agrietado de regaños.

Un día lo sabré y ese día

espero que aún sea propicia y dulce la desolación.

 

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