Desde el inicio del gobierno de Danilo Medina fue noticia que el Presidente de la República quería una Cancillería y unos embajadores y cónsules comprometidos a hacer junto con él lo que nunca se había hecho.
El consulado de Nueva York ha sido siempre objeto de especial atención por la importancia del mismo y la gran cantidad de dominicanos residentes en esa urbe, por lo que era necesario ponerlo en manos de una persona en capacidad de asimilar y ejecutar los lineamientos y requerimientos del ejecutivo nacional y ahí se colocó a Carlos Castillo un incansable trabajador, dirigente político, práctico y humano, abierto y decidido a hacer lo que nadie había hecho.
Buscar los papeles de dominicanos detenidos y condenados para agilizar su solución legal es una de las tareas más importantes, pero igual el visitar y escuchar al dominicano en su casa es otra, además de procurar tener algún poder político entre funcionarios y otras esferas ha sido labor de titanes del Cónsul y su equipo.
La actual Cancillería en manos de Miguel Vargas Maldonado ha sido un gran aliado, pero lo que más resalta el Cónsul Castillo es el interés del Presidente Medina de servir a todos los que por razones de fuerza mayor han tenido que emigrar de su patria y necesitan la ayuda y el calor de sus representantes para solucionar en la medida de lo posible sus problemas y los de su gente aquí y allá.
Carlos Castillo es un ejemplo de que el servicio a los demás puede ser aliciente para realizar la gestión de trabajo dentro del sentir de amor y entrega por la patria y nuestros compatriotas allende nuestras fronteras.
Hay que felicitar al Presidente Medina, y al Cancillería Vargas, y hay que aplaudir a Carlos Castillo un ejemplo de funcionario al servicio de quienes deben estar y ser prioridad para los Embajadores y Cónsules que son los dominicanos dónde quiera que estén y necesiten de sus funcionarios y diplomáticos, es de rigor felicitar al Cónsul Dominicano en Nueva York, la segunda ciudad de nuestro país!