EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- La lucha o desacuerdo que se libra en la alta esfera del oficialista Partido de la Liberación Dominicana, por el tema de cómo deben realizarse los procesos de primarias en los partidos políticos, cambia de escenario y ahora se traslada desde el Comité Político del PLD hacia el Congreso Nacional.
La resolución del Comité Político adoptada en su más reciente y retrasada reunión, de dejar en libertad a los legisladores del PLD para que estos decidan sobre la aprobación de la Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas, arrastra hacia el Centro de los Héroes la pugna indiscreta entre Danilo Medina y Leonel Fernández sobre el modo de primarias, si abiertas o cerras.
La decisión, como una aparente medica salomónica al tranque o nudo que nunca pudo desatar el CP-PLD, evidencia el fracaso de los esfuerzos de la alta dirección peledeísta, que no logró ponerse de acuerdo en un tema que obliga al entendimiento del liderazgo político nacional.
Dejar en manos de los senadores y diputados morados la “determinación” la aprobación final de la importante Ley, no termina de convencer incluso al más ingenuo y poco avezado político, pues es casi seguro que los congresistas del PLD recibirán y acatarán dócilmente y “al pie de la letra” las orientaciones de sus respectivos líderes, Danilo Medina y Leonel Fernández.
Si bien es cierto que el orden institucional manda a que esta sea una cuestión realmente delegada al Poder Legislativo, y así lo manda la Constitución, dejar el PLD este tipo de decisión política al libre albedrío de sus legisladores, es una cuestión a la que el país no está acostumbrado.
Reafirmando una clara desavenencia de la cúpula peledeísta al intentar sin éxito designar una comisión de notables constitucionalistas para ver el tema de las primarias, esta decisión que lo traslada al Congreso no cambia en nada, más que de escenario, la “pelea” Danilo-Leonel por hacer valer su preferencia o criterio de cerradas o abiertas.
Hay quienes creen que ambos líderes políticos no solo arengarán e inducirán a sus respectivos seguidores y leales en el Congreso, sino que también se acercarán a legisladores de otros partidos para hacer una especie de “convencimiento” a los fines de sus intereses en la aprobación del tipo de primarias.
La oposición, que por igual se encuentra dividida con el asunto de las primarias abiertas o cerradas, será presa de su condición minoritaria en el Congreso y no podrá hacer valer una cosa ni la otra, por lo que eventualmente queda “condenada” a tener que pactar con uno de los dos líderes del PLD.
El organismo de ejecución de importantes decisiones del peledeísmo, el Comité Político, probablemente esté marcando un precedente al renunciar a sus atribuciones para pasar a otro la determinación de un asunto de su pura competencia, según sus propios estatutos.
Ya se sabe, por pronunciamientos públicos, que Medina favorece un proceso de elección abierto para que los partidos escojan candidatos con el voto de todo el que tenga derecho a sufragar, mientras que Fernández apunta a unas primarias cerradas, en las que solo y de manera exclusiva decidan los militantes de las organizaciones políticas, nadie más.
