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25 de abril 2024
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OpiniónJosé Peña SantanaJosé Peña Santana

Comió el tiburón podrido sin eructar. Degustará a Dios ahora?

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Hemos venido tratando sobre  el tema que mantiene paralizado el Proyecto de Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas, las primarias abiertas o cerradas, que aparenta ser la razón del distanciamiento entre los líderes del Partido de la Liberación Dominicana, PLD. Y lo hacemos basado en la convicción que tenemos sobre lo violatorio  que sería promulgar una ley que vulnere la parte infine del artículo 6 de la Constitución que señala «…Son nulos de pleno derecho toda ley, decreto, resolución o acto contrarios a esta Constitución.»

El artículo 277, de la Ley Sustantiva de la nación, precisamente, el último que figura en la misma, muy a pesar de que el ex presidente de la Suprema Corte de Justicia doctor Jorge Subero Isa, lo denomine como «un ripio» y el editorialista de un periódico matutino lo conceptúe  como «una colusión», y que…»no debería tener cabida en el ordenamiento jurídico dominicano», es un juicio debatible. Lo verdaderamente incontrovertible es que éste es parte consustancial de la Constitución, por tanto es vinculante para los poderes públicos y todos órganos del Estado, igual que lo es el artículo 184 y todos los demás contenidos la misma. Es decir, que hasta tanto figure como tal, debe ser respetado por el Poder Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, so pena de incurrir en acto de inconstitucionalidad.

Hay un marcado interés en desconocer lo que establece el supra indicado 277, y  haya sido o no insertado por las razones que alude el editorialista, el único modo en que deje de existir es, como la propia Constitución indica. Ella misma da  la forma en que puede ser reformada.

Esto nos ha traído al recuerdo episodios electorales desde el 2007, en que el presidente Danilo Medina, aspiraba alcanzar la nominación presidencial del PLD e igual propósito tenía Leonel Fernández, quien por demás a la sazón era el presidente de turno, resulta que Fernández ganó la contienda interna y en una breve rueda de prensa Danilo Medina dijo: «Reconozcamos que numéricamente el Estado ganó y que la reelección tiene un espacio dentro del Partido de la Liberación Dominicana».

Y en otra ocasión refiriéndose a lo funesto que sería una reelección habló más o menos en estos términos, “No ha sido fácil ganar una reelección presidencial. Nunca ha sido fácil. El presidente que mayor veces se reeligió nunca pudo convencer al país de que ganó limpiamente unas elecciones. Y yo tengo el temor de que si transitamos el camino de la reelección presidencial el PLD tenga que pagar un costo muy alto.  Porque, como dijo el señor Ramón Font Bernard antes de morir que cuando un presidente decidiera buscar la reelección tenía que estar en capacidad de tragarse un tiburón en descomposición sin eructar. Con estas palabras el señor Font Bernard quería decir que cuando un presidente busca la reelección presidencial tiene que tirar  en el zafacón todos los escrúpulos si quiere ganar la reelección».

El presiente Medina, entonces renegaba de la reelección presidencial; en cambio una vez asumió el poder en el año 2012, activó una campaña reeleccionista que culminó jurando  el 16 de agosto del 2016, por un nuevo mandato constitucional y, es harto conocido todo lo  que aconteció en el trayecto para convertirse en realidad. En esa ocasión,  el presidente se comprometió con su partido, ante Dios que nunca jamás optaría por la presidencia de la República menos aun, por una tercera reelección consecutiva al tiempo que dijo: “Juro aquí ante todos ustedes, y ante Dios como testigo, que es mi última candidatura a la presidencia de la República Dominicana”

Tomando  las palabras del presidente  Danilo Medina, como deben ser, sinceras, verdaderas, y espontáneas, quien hizo un juramento solemne, me sorprende la actitud de sus colaboradores y el silencio cómplice por omisión, al dejar que avancen con el mismo propósito reeleccionista y, que se satanicen artículos consignados en la Carta magna, para justificar una modificación donde se aprovecharía para abolir el transitorio insertado al artículo 124 en el año 2015, que le prohíbe al actual mandatario optar por candidatearse. Me temo que si ya en una oportunidad se comió un tiburón podrido sin eructar, estaría  dispuesto ahora también a degustarse al Dios por quien juró que esa sería su última candidatura a la presidencia?

 

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